A 10 meses de la extinción de Luz y Fuerza del Centro, la paraestatal mantiene centros provisionales de servicio y sólo cubre 11 de las 16 delegaciones de la ciudad de México
Martes 24 de agosto de 2010 Redacción | El Universal
A 10 meses de la extinción de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) limita la atención a los usuarios en sus centros 'provisionales de servicio.
Desde el 11 de octubre, cuando se hizo cargo del servicio eléctrico en el Distrito Federal, la empresa paraestatal ha habilitado centros de atención 'provisionales', en los que sólo atiende a un máximo de 100 personas diarias.
En el centro ubicado en el centro comercial Plaza Lindavista se ofrece servicio de las 8:30 a las 16:30 horas; sin embargo, sólo se atiende a los usuarios que llegan desde temprano para obtener una 'ficha'.
De acuerdo con la información que ofrece la CFE en su página de internet, la dependencia cuenta con tres centros de atención en la delegación Gustavo A. Madero, una de las más pobladas de la ciudad de México.
En delegaciones como Álvaro Obregón, Iztacalco, Magdalena Contreras, Venustiano Carranza y Xochimilco, sólo hay un sitio de atención.
En otras demarcaciones como Azcapotzalco, Milpa Alta, Tláhuac, Tlalpan, Coyoacán, no existe ningún centro de la CFE para aclarar dudas o hacer algún reclamo sobre el recibo de cobro.
Según datos de la Procuraduría Federal del Consumidor, a julio de 2010 ha recibido 5 mil 332 quejas por cobros indebidos de la Comisión Federal de Electricidad.
No hay sistema
Durante un recorrido por los centros de atención de Plaza Lindavista, Pabellón Cuauhtémoc y Parques Polanco, los empleados de la CFE argumentan que debido a la falta de sistema no se puede dar seguimiento al reclamo de los usuarios.
Caudia hizo fila por más de dos horas para ser atendida en Plaza Lindavista. El recibo de luz le llegó por más de mil 500 pesos, cuando en promedio venía pagando entre 500 y 700 pesos bimestrales.
"Lo que pasa es que tenía adeudos anteriores con la Compañía de Luz", recibió como respuesta.
Tras mostrar su último recibo pagado y varios de los anteriores para comprobar que no había tal deuda, fue acusada de "hacer tranzas" con la extinta empresa para después escuchar un último argumento: no hay sistema y no se puede verificar su cuenta.
Tres horas de su tiempo, un regaño, maltrato y una advertencia, tiene que pagar o le cortan el servicio.
http://www.eluniversal.com.mx/notas/703746.html
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